Entre las localidades de Vila Alva y Vila de Frades se encuentran los viñedos más antiguos de esta parte del país. Estos viñedos antiguos producen uvas de las variedades tradicionales de uva blanca y tinta del Alentejo, algunas de ellas casi extinguidas. A partir de estos racimos de gran calidad, se produce el famoso "vino de Talha".
Este territorio de viñedos centenarios, con vastos paisajes y un pueblo blanco, es considerado por muchos «el pueblo más blanco de Portugal». Los campos alrededor de Vila Alva no solo tienen viñedos, ya que el paisaje está dominado por alcornoques, olivos y campos de maíz dorado cuando llega el verano. También está el embalse de Albergaria dos Fusos, donde el espejo de agua contrasta con las sierras que forman el horizonte.
Se trata de un territorio de tradiciones, cultura y naturaleza, que es importante promover y dinamizar. Ya existen numerosos recorridos peatonales, entre ellos los Viñedos Centenarios de Vila Alva, que forman parte de la oferta de promoción turística y del patrimonio local.
Los viñedos de Cuba, entre las que se encuentran los de Vila Alva, son un caso especial de producción vinícola en el Alentejo. Aunque no es el único caso, existe una importante producción en pequeñas explotaciones, que contrasta con la producción general del resto del territorio.
En el municipio de Cuba, el clima presenta características mediterráneas y es más templado. Vidigueira tiene un clima de inviernos más suaves y, aunque sus veranos son extremadamente calurosos y secos, son suavizados con la brisa fresca del Atlántico. La elevada insolación permite que las uvas maduren bien, lo que redunda en una mejora de la calidad de los vinos.
Sobre suelos predominantemente arenosos, de origen granítico, defendidos de los vientos del norte por las sierras del Portel y con fuerte influencia de la cuenca del río Guadiana y el lago de Alqueva, se generan extraordinarios microclimas para la producción de la uva. Racimos más concentrados, complejos en aromas y sabores, que permiten la elaboración de vinos intensos y llenos de personalidad.
En estos viñedos, de los que se identifican y caracterizan alrededor de 9,06 hectáreas y 24 parcelas, no existen sistemas de riego por goteo, ni tampoco sistemas de apoyo, como palos, alambres, postes galvanizados u otros.
Durante varias generaciones, Vila Alva mantuvo los viñedos cultivados de esta manera, ampliamente asociados al vino de Talha. Esta herencia romana sigue estando bien marcada en esta pedanía y en su vecina Vila de Frades.